A unos ojos azules...

A unos ojos azules...

La pasión de Cristo

USA, 2004
D. Mel Gibson
I. Jim Caviezel, Monica Bellucci, Maia Morgenstern, Claudia Gerini, Rosalinda Celentano, Francesco De Vito, Luca Lionello, Hristo Naumov Shopov

“Mel no quería que la gente viera esta película sin que les provocara nada. El sentía que si suavizaba un poco la violencia iba a ir en contra de sus convicciones.” JC

“Lo que me conmovía era el punto hasta el que éste ser humano estaba dispuesto a sacrificarse por amor... Sé que no es una película fácil de ver.” MG

La película retrata las últimas horas de la vida de Cristo. Comienza en el Monte de los Olivos, donde Jesús es capturado, y narra toda su pasión y muerte.

Otros datos técnicos:
Productores: Mel Gibson, Bruce Davey, Stephen McEveety
Producción: ICON Producctions para NEWMARKET FILMS
Guión: Benedict Fitzgerald y Mel Gibson, basandose en los escritos del Nuevo Testamento, de Juan, Mateo, Lucas y Marcos, también en los diarios de Santa Anne Catherine Emmerich (1774-1824) recogidos en el libro "La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo", y "La Mística ciudad de Dios" de Santa María de Agreda.
Fotografía: Caleb Deschanel
Música: John Debney
V.O.: Sólo es posible ver la película en versión original. Hablan en Latín, Hebreo y Arameo, pero ha sido subtitulada pese a la reticencia inicial del director.
Rodaje: Comenzó en Noviembre de 2.002, en Italia, en las ciudades de Matera y Craco, en la región de Basilicata. Finalizó aproximadamente de rodarse en Enero de 2.003.
Estreno en cine: En USA se estrenó el 25 de Febrero de 2.004, Miércoles de Ceniza, y en España el 2 de Abril de 2.004, Viernes de Dolores.

Le tacharon de loco. Nadie daba un duro por el éxito de este polémico proyecto, y sólo en su primer fin de semana de exhibición recaudó en USA la friolera de 218 millones de dólares.

Josep Parera, en la revista IMAGENES DE ACTUALIDAD nº235, hace la introducción más perfecta que he leído (y os aseguro que he leído mucho) en su artículo dedicado a esta película:

¿Es antijudía? ¿Causará violencia? ¿Se contradice con las doctrinas cristianas? ¿Es un baño de sangre sin sentido?¿Se trata del estamento de fe más importante de los últimos 2.000 años? ¿Es el triunfo de los creyentes por encima de los secularistas que pretenden eliminar todo rastro de religión en la sociedad contemporánea? Todas estas preguntas, y muchas más, han provocado que “La Pasión de Cristo” se haya convertido en la película del año (para alegría de aquellos que admiramos a su director y co-guionista, Mel Gibson, y para desespero de aquellos que no se han dado cuenta de que estamos ante un cineasta magistral). 220 millones de dólares recaudados en trece días sólo en EEUU demuestran que estamos ante un verdadero fenómeno cultural (y comercial) más allá de discusiones religiosas (y/o políticas). Aunque al fin y al cabo lo que de verdad importa es si “La Pasión de Cristo” es o no una buena película. Dejen que la describa con dos palabras: Obra Maestra.

Es necesario ver la película libre de prejuicios. Olvidarse de todo lo que se ha publicado, y de todo lo que se ha dicho tanto de él, cómo de sus creencias, cómo de las polémicas y de las mentiras. La campaña de descredito tanto personal cómo artístico al que se ha visto sometido Gibson, antes incluso del estreno de la película es algo que no tiene nombre. Estoy totalmente de acuerdo con Josep Parera. Esta película es una Obra Maestra del Cine. No perdamos este enfoque. Esto es cine, no se trata de los Evangelios, ni de si la realidad fue exactamente así o no. No busquemos dobles lecturas, ni enseñanzas ocultas. No queramos ver una clase de Teología. No entremos en la polémica desatada. Hablemos simplemente de buen cine.

Si ya demostró su capacidad de dirigir en EL HOMBRE SIN ROSTRO y se le reconoció su merito con un Oscar cómo director de BRAVEHEART, esta vez Mel Gibson vuelve a demostrar sin dejar lugar a dudas que es un gran realizador. Ha hecho una película excepcional. Estamos ante una verdadera obra de arte, un ejemplo definitivo de lo que significa el cine, el poder de las imágenes por encima de la palabra. Llega un momento en el que te abstraes totalmente, y ni siquiera te das cuenta de que no comprendes lo que los personajes dicen. El uso de las lenguas muertas está tan bien integrado que no eres consciente de que realmente no entiendes las palabras, porque las imágenes son de una fuerza sobrecogedora. Demuestra el dominio de la narrativa cinematográfica por parte del director. Gibson ha conseguido lo que se proponía, una película que va más allá de las palabras.

La iluminación de las escenas nocturnas te dejan boquiabierto. La maestría de Gibson a la hora de introducir los flash backs, te hace alucinar, y creo que no hay nadie que domine como él la técnica del rodaje a más o menos fotogramas por segundo, dando a las escenas precisas una velocidad o una lentitud que te envuelve. Sin duda sabe rodearse de un buen equipo técnico, y sabe hacerse entender muy bien. El Director de Fotografía hace un trabajo digno de mencionarse. Caleb Deschanel ha sabido plasmar perfectamente ese ambiente al que Gibson hacía referencia. Los juegos con los contraluces, sobre todo en los flasbacks son impresionantes.

El cineasta ha confesado que se inspiró en la estética de los cuadros de Caravaggio, aunque en algunas secuencias vemos rastros de Rembrant (la presentación de Jesús por Pilatos a la muchedumbre), o de Miguel Angel (la escena final de La Piedad).

La película está plagada de sensibilidad. Cuida al máximo los detalles. Es un maestro a la hora de mostrar miradas, de hacer expresar a los actores las más intimas emociones tan sólo con un gesto. Al ser los diálogos inconprensibles, los actores realizan un gran esfuerzo por interpretar más allá de la palabra hablada. Y sin duda lo consiguen. Jim Caviezel interpreta al mejor Jesucristo de la Historia del Cine, mucho más creible, y más humano que los que hasta ahora habíamos visto en las clásicas películas de temática religiosa. Desde luego este ha sido el papel de su vida. Para mí, simplemente la secuencia inicial, cuando se arrodilla en el Huerto de los Olivos, ya es merecedora de un Oscar.

También hay que resaltar las interpretaciones de las dos mujeres protagonistas:
Maia Morgenstern está grandiosa. Estaba embaraza cuando empezó el rodaje, tal vez eso contribuya al aura de credibilidad que la rodea. Es casi lo mejor de la cinta. Su interpretación es sobria. Sólo se apoya en sus gestos, en el tono de su voz, en sus ojos, en su mirada. Está siempre presente, compartiendo y acompañando el sufrimiento de su hijo. Expresa el mayor de los dolores, el mayor de los pesares. Durante la escena de la flagelación, de quince minutos de duración, casi se hace más insoportable el ver las reacciones en la cara de esta mujer que los golpes que recibe Jesús.
Y Monica Bellucci, casi sin pronunciar una sóla palabra dice más con la mirada que muchos actores con parrafos de largos diálogos. La escena en flashback de la lapidación, cuando Jesús le tiende la mano, es sublime. El director dice que trataron de afearla, de llenarla de porquería y despeinarla, pero cuanto más la ensuciaban más guapa estaba. Su interpretación se fundamenta en su mirada, limpia y conmovedora. Triste y a la vez serena. De una profundidad insospechada, nos habla con los ojos.

Hay otra escena en la que Mel se luce a la hora de mostrar una mirada que habla. El momento en el que los ojos de Pedro, que ha negado tres veces a su maestro, se cruzan por un sólo instante con la mirada rota y sangrante de Jesús. Sobrecojedora. Lo mismo pasa con la mirada culpable y avergonzada de Judas.

La violencia es explícita, pero a mi entender nunca gratuita. Desde luego es sangrienta, y está marcada por una violencia tanto visual cómo psicológica. A veces duelen más las miradas de horror, y de dolor, que los propios golpes. Aún así se hace dificil de ver. La escena de la flagelación te encoje el corazón. Los latigazos te duelen. La respiración se entre corta. De todas formas creo que queda muy lejos de la calificación de gore o masoquista que algunos le han dado. Hay sangre, sí, pero también es cierto que estamos presenciando una de las peores maneras posibles de morir. La muerte de cruz era la más horrible de las muertes, y eso desde luego, queda muy claro.

Para suavizar un poco la violencia, Gibson introduce varios flash backs de la vida de Jesús. Son cómo balsas que permiten al espectador coger aire y recuperarse para la siguiente dosis de sufrimiento. Estas secuencias son de una belleza abrumadora: Jesús niño que se cae, Jesús joven que trabaja y se ríe con su madre, el discurso en la montaña, la última cena, la lapidación de Magdalena.... En todas ellas el director hace gala de una sensibilidad exquisita.

Cómo ha dicho Gibson, no es una película fácil de ver. Te hace pasar un mal rato. Pero desde luego, creo que es una de las mejores películas de los últimos tiempos a todos los niveles: las interpretaciones, el maquillaje, los efectos, la iluminación, la música, la ambientación, la dirección, el montaje.... todo. Merece la pena verse.

PARA LA REVISTA IMAGENES DE ACTUALIDAD:
LO MEJOR: Prácticamente todo: la realización segura y magistral de Gibson (en el ejemplo más evidente de puro cine, el que no requiere de la palabra al estar todo explicado a través de las imágenes), la fotografía de Caleb Deschanel, la música de John Debney, el diseño de producción de Francesco Frigeri, y, sobre todo, los actores, todos ellos impecables (atención a la pareja formada por Hrisyo Naumov Shopov y Claudia Gerini, en los papeles de Pilatos y su esposa).
LO PEOR: La descripción simplista de algunos personajes, como los soldados romanos o algunos miembros de los sanedrines.
LA FRASE: “Judas... ¿traicionas al Hijo del Hombre con un beso?”
LA SECUENCIA: María contemplando cómo Jesús cae por segunda vez al no poder cargar con la cruz y que lleva a un maravilloso y emotivo flashback en el que recuerda una ocasión en la que su hijo cayó al suelo cuando era sólo un niño.
LA IMAGEN: El plano en picado que tiene lugar en el momento en que Jesús fallece en la cruz y en el cual una gota de agua (¿la lágrima de Dios?) cae sobre la Tierra.
LA ESCENA: La resurrección. Simple y efectista.
EL MOMENTO: Después de que Jesús sea azotado por los soldados romanos, María limpia la sangre en el suelo con unas toallas entregadas por Claudia, la esposa de Pilatos.

PARA MI:
LO MEJOR: La dirección de Gibson. Los detalles. La manera de rodar las secuencias. Los actores, todos están espectaculares. Y el ritmo que ha conseguido imprimir a una historia que te sabes de memoria.
LO PEOR: Que se malinterprete su significado, y se use para crear polémica y enfrentamiento.
LA FRASE: “Perdonalos Padre, porque no saben lo que hacen”
LA SECUENCIA: La inicial, en el huerto de los olivos, la mezcla de desesperación con la música y la luz. La tentación representada de forma tan visual en Satan. La llegada de los soldados. Perfecta.
LA IMAGEN: La Virgen sosteniendo el cuerpo sin vida de Jesús al pie de la cruz.
LA ESCENA: El flashback de la mesa de carpintero. Un toque de humanidad y de sensibilidad impresionante.
EL MOMENTO: El cruce de miradas entre Pedro y Jesús.
LA ANECDOTA: La mano que clava a Cristo en la cruz es la de Mel Gibson. Un guiño del director, dice que así él se hace en parte responsable de la muerte de Jesús.

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