Australia, 1981
D. Peter Weir
I. Mark Lee, Bill Kerr, Bill Hunter, Ron Graham, Robert Grubb, Tim McKenzie
“La recuerdo con gran emoción y cariño. Fue mi segundo papel importante de cara al mercado americano. Es un canto de amor a la amistad, y una rotunda condena de la guerra, de todas las guerras, de su estupidez y lo innecesarias que son.”
Frank y Archie son dos jóvenes australianos que sólo piensan en ganar carreras aprovechando su capacidad como atletas, pero la guerra va a cambiar radicalmente sus vidas. En 1915 se alistan al ejercito para combatir en las costas de Gallipoli junto a las tropas británicas. Ellos serán los encargados de mantener en funcionamiento las comunicaciones. La infantería turca a sitiado las posiciones inglesas y a los soldados australianos les será encomendada una misión suicida con el fin de asaltar las trincheras turcas.
El argumento refleja la tragedia que vivió una compañía de soldados australianos durante la Primera Guerra Mundial, cuando sus integrantes fueron empleados como escudos humanos por los mandos británicos.
El desembarco en Gallipoli es uno de los grandes desastres de las operaciones anfibias que se recuerda. Tal fué la masacre del ejercito que pretendía desembarcar, que se suspendieron ese tipo de operaciones por mucho tiempo, hasta que la Segunda Guerra Mundial obligó a utilizar nuevamente los desembarcos en el Pacífico y Europa.
El rodaje se realizó en una zona desértica en Lake Torrens, en la ciudad de Beltana y en las playas de Port Lincoln. Parajes muy parecidos a Turquía y Egipto, donde realmente sucede la acción.
Gibson habla entusiastamente de Peter Weird, “es un director excepcional, con él se trabaja estupendamente, y espero repetir esta experiencia”. La repetiría algunos años después.
La película, pese a su calidad, no tuvo mucha relevancia comercial.
En el número 123 de la revista Acción (Agosto 2.002) se publica un recordatorio de grandes películas bélicas, y por fin, se reconocen los grandes meritos de esta cinta:
- PARA RECORDAR: La recreación de la vida en el frente y la lucha en las trincheras, la reproducción de la masacre.
- PARA OLVIDAR: Nada. Es buena, muy, muy buena.
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