"I won't dance, don't ask me, I won't dance, don't ask me, I won't dance, madame, with you ..."
Oh Dios mío!!! Que gran escena!!!
Es demasiado, Mel Gibson, totalmente vestido de negro, bailando y cantando una canción de Sinatra.
Perfecto. En sintonía con los grandes musicales, durante unos minutos se paraliza el mundo, el personaje de Mel, Nick Marshall, necesita a Frank para evadirse del poder de las mujeres que le oprime y le agobia, necesita una inyección de testosterona y elige a Frank. ...I won’t dance... al principio la directora había pensado en una secuencia de baile de unos segundos, ...don’t ask me..., pero a Mel se le dio tan bien, y quedaba tan perfecta la escena, que decidieron dejarla entera, sin duda un acierto, porque pese a lo que pueda parecer, no queda anticuado ni extraño un número de baile, ni corta la acción, sino que da un toque de genialidad a una comedia que te ha atrapado desde la primera frase. Aunque no necesita justificación, la tiene, el hijo de una corista de Las Vegas, no puede reprimir los deseos de bailar y cantar una canción como esa en esos momentos de dificultad creativa buscando la inspiración de un mito.
Es la parte más divertida de toda la película, la mujer que le ha “robado” el puesto de director creativo, les manda preparar publicidad dirigida a mujeres. Él esta cabreado, en la tele solo dan cosas “para tías”, se bebe una botella de vino y baila por su apartamento. Después, en un estado un tanto lamentable, se decide a “experimentar” con los productos de la caja rosa. Ponerse unas medias o depilarse las piernas nunca volverá a ser lo mismo para mí. ¿Quién no se siente identificada? ¿quién no se ha metido nunca el rímel en el ojo y sabe como escuece? ¿quién no ha roto unas medias al intentar ponérselas? ¿a quien no le gustaría gritar igual que él cuando se pone la cera? No podía dejar de reírme. Que razón tiene “las mujeres están locas, ¿quién iba a querer depilarse la otra pierna?”.
Hasta ahora a Mel no le habían dejado destapar su lado más divertido, esta es la primera comedia pura que interpreta y el resultado es espectacular. Las películas de acción, de la línea de “Arma Letal” o “Dos pájaros a tiro” mezclaban la acción con la comedia y ya nos permitían vislumbrar, que nuestro Mel se desenvolvería en una comedia como esta como pez en el agua. Está divertido, fresco, y lo que es mejor, se ríe de sí mismo y de esa imagen de machista que la prensa le ha dado. Luce su lado más femenino, y sale victorioso.
Los críticos han alabado su trabajo, dicen que rescata el estilo y el carisma de Cary Grand, el “Gran Señor de la comedia clásica”, y es cierto, porque Mel derrocha estilo y carisma por cada uno de sus poros.
Si no fuera por su maestría sería imposible que un tipo tan inmoral, machista, sexista, creído, egoísta, despreciable y autosuficiente como Nick Marshall nos cayera tan increíblemente bien.
Pasa por distintas fases cuando se da cuenta de que le pasa, primero, desconcierto, después pánico y sorpresa ¡¡¡todas las mujeres le consideran un imbécil!!!, intenta repetir todo exactamente igual que la noche anterior para dar la vuelta al proceso, y al no conseguirlo tiene que enfrentarse a ello, asumirlo, e intentar sacarle provecho. Y ahí es cuando Mel está más grande, cuando es consciente del don que ha recibido, y sabe que puede ser malo, muy malo y beneficiarse de ello.
Entra en la cafetería dispuesto a aprovecharse de Lola y triunfar, y lo consigue, es el mejor de los canallas, rastrero y manipulador, vuelvo a lo mismo de antes, ¿quién sino iba a lograr que un tipo así nos caiga tan bien? Porque nos cae bien, no podemos evitarlo, estás pensando ¡será hijo de puta! mientras no puedes borrar la sonrisa de tu rostro y quieres que se salga con la suya.
Pero el canalla madura. Mientras se aprovecha de su don, realmente empieza a entender y comprender a las mujeres, empieza a escuchar por primera vez en su vida, y deja de pensar en sí mismo como centro del universo. Las escenas con la chica que piensa en suicidarse son una preciosidad, la escucha de verdad, no busca nada de ella, solo deja salir su lado más tierno y humano. Y como debe ser en una buena comedia romántica, el amor cambia su vida y su percepción del mundo, intenta robarle el puesto a Helent Hunt, y acaba perdidamente enamorado de ella.
El machista que solo buscaba cuerpos esculturales, cae rendido a los pies de una mujer fuerte, inteligente y decidida. Los papeles tradicionales dan la vuelta, y es ella la que tiene que salvarle a él.
Hay quien ha criticado el final feliz. Un periodista decía que era una pena que en el fondo se tratara de una historia de amor. Que lo mejor era el Mel canalla y sin escrúpulos que se aprovecha de todo el mundo, y que al final, no debería haberse enamorado de ella, sino arrebatarle el puesto y seguir siendo el jefe machista y ególatra que era. Yo no estoy de acuerdo. El cambio que experimenta es genial. Aprende a escuchar, cambia su percepción del mundo y aprende de ello. Se da cuenta de lo equivocado que ha estado toda su vida. Es una película altamente feminista, y con un mensaje dirigido tanto a hombres como a mujeres.
El primer guión tenía un final distinto, fue la propia Helen Hunt quien habló con la directora y le pidió que lo cambiara, esta película no se merecía un final distinto al que tiene, era necesario, y te hace salir totalmente satisfecho del cine.
Además, a nivel de interpretación Mel se sale. Le nominaron a los Globos de Oro como mejor actor de comedia, y sin duda merecía el premio, que al final recogió George Clooney por su también brillante interpretación en “Oh brother...”
El resto del reparto es de lujo: Marisa Tomei como Lola, la víctima de Nick, a la que engaña, y de la que se aprovecha todo lo que puede, Bette Midler, como su psicóloga, en un breve pero decisivo papel, y Alan Alda como su jefe.
Vamos, no pretendo ni por un segundo ser objetiva, pero a mí me encantó, he ido tres veces a verla al cine y estoy deseando que salga en DVD para poder ver los extras y la versión original. Y lo que no puede olvidarse, él está terriblemente atractivo, está guapisimo.
Vamos Darcy, invítale a ir a tu apartamento, ....pero no le invites a bailar .....I won’t dance, don’t ask me, I won’t dance, don’t ask me, I won’t dance, madame, with you.....
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