A unos ojos azules...

A unos ojos azules...

Mad Max, Salvajes de autopista

Australia, 1978, 
D. George Miller 
I. Joanne Samuel, Hugh Keays-Byrne, Steve Bisley, Tim Burns, Roger Ward 


"La hicimos un grupo de maravillosos amigos, sin imaginar la tremenda repercusión que iba a tener en todo el mundo.” 
"Probablemente sea la basura de serie B con más clase que se ha hecho"


Max Rockatansky es un interceptor. Pertenece a un cuerpo especial de la policía que persigue, con sus vehículos, a los salvajes que han asaltado las autopistas después de un holocausto nuclear. Tras la brutal quema de un compañero a manos de un pandillero, Max se toma un descanso, abandona su trabajo, y se marcha junto a su esposa y su hijo, pero cuando su familia es victima de esos mismos salvajes, Max viste de nuevo las ropas de cuero negro de interceptor, y se lanza con su coche en busca de la venganza en la carretera. 

La película contó con un escaso presupuesto, de 42 millones de pesetas. Casi todos los miembros del equipo eran jóvenes sin mucha experiencia. 
George Miller recuerda que “el rodaje fue una verdadera tortura, una pesadilla. Seis dias despues de iniciarse, la actriz principal sufrió un accidente de tráfico, tuvimos que sustituirla y esperar a que la nueva actriz terminara otro trabajo.” 
Mel Gibson se mostró muy entusiasmado con el proyecto, aunque reconoció que el rodaje fue difícil, agotador y muy caluroso. 

La película gana el mismo año de su estreno, el Premio Especial del jurado en el festival de cine Fantástico de Avoriaz. 
En España se estreno con la calificación de “S”, debido a la gran violencia de sus imágenes.

La revista VARIETY (16/05/1979) dijo de ella: Es la película que más involucra a la audiencia desde HALLOWEEN, la cámara está siempre en movimiento, mientras que la audiencia nunca está segura de por donde surgirá la próxima amenaza. La película pertenece al director, los cámaras y los especialistas; no es una pieza de actor, aunque todos ellos son efectivos en sus papeles. 

El director, George Miller, nos presenta por primera vez a su héroe post-apocaliptico, Max Rockatansky, en un gran collage de audaces primeros planos: sus botas, sus manos, sus gafas de sol, para dotar al personaje de un toque mítico. 

Pese al título, Max nunca está fuera de control. Tiene un completo dominio de sí mismo, es frío, duro y calculador. Hay que resaltar por la terrible violencia, la secuencia final. Max logra detener al hombre que acabó con su amigo, y con una sangre fría que llama la atención, protagoniza una de las más escalofriantes escenas de la historia del cine: esposa al tipo al coche por un tobillo, prepara una mecha con la gasolina que se escapa del deposito, le dá una sierra de mano:"esto explotará en cinco minutos, tardarías más de diez en cortar la cadena, y con suerte unos tres en cortarte el tobillo". Max se marcha dejando a Johnny Boy chillando y suplicando por su vida. La cámara sigue a Max que se aleja, y al poco tiempo se oye una fuerte explosión.

En su momento la película fue terriblemente innovadora, y ese es un merito que nunca podrá arrebatarsele. Fue pionera en un estilo de cine que después se ha tratado de imitar muchas veces.

Mel Gibson venía de los escenarios de Sidney de interpretar a Shakespeare, alguna vez ha comentado que le costó un poco pasar de los textos de Shakespeare, a tener que interpretar un personaje que casi no habla, es todo gestual, de movimiento, de miradas, y tiene poco apoyo en el texto.

John Kirk de MGM/UA presentó la copia restaurada de MAD MAX que se ha editado en DVD, conteniendo el dialogo original de la cinta, en inglés australiano, y restaurando el color. La voz de Mel Gibson originalmente se dobló al "inglés americano" por Casey Kasem, ya que se pensó que su cerrado acento australiano no se iba a entender en los Estados Unidos. Hasta ahora no se había podido recuperar una copia con la voz original de Mel. Esta edición del DVD nos pernite oirlo en la banda sonora que prefiramos.

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